lunes, 7 de abril de 2008

un cuento.... te quiero aunque seas un cagón

En una ciudad de ensueño, situada a orillas de un mágico río de color rosa-fucsia de día y turquesa-fluorescente de noche; con el mayor índice de discotecas gays por metro cuadrado del universo; con un clima standar durante todo el año de 22 grados de mínima y 27 de máxima; una ciudad donde el trabajo se había abolido y los ciudadanos sólo se dedicaban a bailar, relacionarse y tomar cervecitas en las terrazas de las amplias alamedas públicas.... en esa ciudad... vivía una dulce doncella que no conocía el mal, cuyos cabellos del color de los castaños en otoño, eran la envidia de las jovenzuelas de los reinos vecinos. su voz hacía despertar la codicia de los miles de ruiseñores que a su paso callaban, avergonzados por no poder imitar los inusuales colores formados por la música de su risa... la jovenzuela vivía feliz, como el resto de ciudadanos de la ciudad de ensueño, agraciados por la varita mágica agitada un día por orden del rey Monteperín, que ordenó, una mañana de abril, a su primera asesora-hada-madrina, que otorgara el don a todos sus súbditos de no tener que defecar nunca más en su vida. la felicidad que este hecho proporcionó a los ciudadanos de la ciudad de ensueño, fue de unas dimensiones incalculables. las personas olían las 24 horas del día a euphoria (de calvin klein), jamás se les hinchaba la barriga, nadie sufría ante un pedo furtivo, los baños de las discotecas estaban inmaculados y se habían convertido en un espacio donde los jóvenes podían pasar horas aspirando sólo fragancias....en este panorama de bienestar y limpieza, nuestra hermosa joven, pasaba el día bailando y girando como una peonza sobre su pie izquierdo, viviendo en el éxtasis continuo que le proporcionaba, además, el amor de un joven gitano, aprendiz de vj. sus cabellos negro-azabache hacían palidecer a los grillos y sus grandes ojos calés habían sido utilizados por un grupo de médicos del hospital virgen del tosío, para hacer resonancias cerebrales de alta precisión… la belleza del gitano era inmensa, pero aún más lo era su fragancia. sin haber evacuado durante tres años, su piel solo desprendía recuerdos a la camomila, a la vainilla, a la flor de loto y al patchuli del bueno… los dos jóvenes vivían su historia de amor en el paraíso de los aromas y la asepsia y todo hacía indicar que su felicidad duraría por los siglos de los siglos.. pero el mundo no era maravilloso para todos. había un joven en la ciudad, para el que la felicidad no había llegado… se trataba de un joven aprendiz de gimnasta que el día que el rey Monteperín hizo agitar la varita mágica, se encontraba de viaje de negocios en marruecos, por lo que el don le fue denegado, y no solo negado, más allá de tener que cagar como el común de los mortales, el don en él había tenido un efecto inverso. la frecuencia con la que sentía ganas de ir al water era tan elevada, que se veía en la obligación de llevar una escupidera portátil, que él mismo se había diseñado y que portaba todo el día a modo de mochila hippie. El joven era un marginado en aquella ciudad donde todo el mundo era tan fino. iba con su mochila por la vida recibiendo sólo insultos, malas caras.. incluso algunos sacaban sus ambientadores en spray para rociarle la cara… la vida del pobre cagón era un infierno en una ciudad que, evidentemente, no estaba hecha para él. Pero un día todo cambió… la joven doncella de nuestro cuento iba danzando dando vueltas sobre su pie izquierdo, mientras su novio-agitanado la ayudaba a dar los giros manteniéndola de una mano.. de pronto, paró sus giros, envuelta por un aroma que le hizo recordar tiempos pasados, tiempos en los que no todo olía a camomila, a vainilla, a flor de loto o a patchuli. Tiempos en los que ir al water suponía un placer, en los que lo que se comía, se cagaba… entonces, vío al chico, con su mochila, y su tristeza, y su marginalidad, y su cara poco estreñida… y no lo dudó.. soltó al calé con un golpe secó y se tiró en los brazos del cagón, permaneciendo entre sus brazos por los tiempos de los tiempos…

Moraleja: nunca desprecies el poder magnético de un cagón

8 comentarios:

La Radio de Darwin dijo...

... creo que voy a llorar...

La Radio de Darwin dijo...

... mejor voy a cagar...

DANka dijo...

de risa o de pena??

DANka dijo...

vete a cagar, sin duda, es mejor

La Radio de Darwin dijo...

...de risa, of course!!!

Kilometrica dijo...

Me meo, me meo y me meooooooooooo.
Grasssiasssss por comprenderme.

Kilometrica dijo...

lo vamos a presentar a concurso vale?

DANka dijo...

lo depuramos un poco y lo presentamos al planeta