domingo, 24 de mayo de 2009

¡Ser joven!

La juventud no caracteriza una etapa de la vida, sino una mentalidad. La juventud es la expresión de la voluntad, de la fuerza imaginativa y de la intensidad de los sentimientos. Juventud significa la victoria de la osadía sobre el desaliento, la victoria de la sed de aventuras sobre la inclinación a la comodidad.

No se envejece por haber vivido un determinado número de años; se envejece cuando renunciamos a nuestros ideales. Cierto es que los años dejan su marca sobre la piel, pero es la renuncia a los ideales lo que marca el alma. Los prejuicios, las dudas, los temores, y la desesperanza son enemigos que nos atan cada vez más a la tierra y nos convierten en polvo antes de morir.

Es joven quien todavía es capaz de sorprenderse y entusiasmarse. Es joven que aún pregunta como un niño insaciable: "¿Y entonces, qué?" Es joven aquel que desafía los acontecimientos y se encuentra a gusto dentro del juego de la vida.

Seréis tan jóvenes como grande sea vuestra fe. Y tan viejos como grandes sean vuestras dudas. Tan jóvenes como fuerte sea vuestra confianza en vosotros mismos. Y tan viejos como intenso sea vuestro abatimiento.

Y seguiréis siendo jóvenes mientras sigáis teniendo abierto el corazón, mientras sigáis siendo sensibles a lo bello, a lo bueno y a lo grande; sensibles a los mensajes de la naturaleza, a los de vuestros semejantes, y a los que se encuentran más allá de nuestra compresión. Si un día vuestro corazón llegara a ser minado por el pesimismo, y a ser corroído por el cinismo, quiera Dios apiadarse entonces de vuestra alma, del alma de unos viejos.

(Marcus Aurelius)

1 comentario:

Anónimo dijo...

gracias por algo tan bonito. Kilometrica